martes, 23 de octubre de 2018

Vestimenta

La ropa típica de las tehuanas está conformada por: un huipil (blusa de manga corta), una enagua (falda larga y ancha) que puede ser con o sin olán, una falda con olán hecha de la misma tela, y el refajo (falda blanca de popelina que se usa como fondo). Los cuatro complementados con una hermosa diversidad de joyería de oro: aretes, pulseras, esclavas, torzales, pectorales y ahogadores.
Tanto el huipil como la enagua se confeccionan con una gran variedad de colores y con un bello diseño de flores perfectamente matizado; dicho diseño se hace a base de hilo de seda (puede ser bordado a mano, tejido a mano con aguja de gancho o tejido en figuras de cadenillas mecánicamente) y se confeccionan en telas sobre todo suave ya sea de terciopelo, “raso”, “piel de ángel” o “piel de durazno” siendo las dos últimas las más suaves, ligeras y apropiadas al calor de la región que es de clima tropical.
La rabona fue el primer traje propio de la istmeña consta de dos piezas: el huipil y la enagua de olán; hecha de la tela del mismo color. La imaginación artística de las mujeres transforma la enagua haciendo que las dos partes de que se componen pudieran las siguientes diferencias: el olán se hizo de color blanco y plisado con almidón y la enagua propiamente tal fuera adornada con listones de colores, siendo la enagua de ricos brocados o tela más humilde y siempre de colores claros.
Existen 2 métodos principales para dar vida a éstos hermosos trajes:
  • Al hacer su aparición la máquina de coser “cadena” este instrumento pasó inmediatamente a formar parte del equipo para confeccionar esos trajes. Los listones de colores fueron sustituidos por grecas formados de diversos colores de hilo, siendo las más usuales el rojo, negro, el amarillo con los que se hacen verdaderos obras de arte de “cadena o cadenilla”.
  • El Tejido, la mujer istmeña se agencio de la aguja de gancho la que ensarto en la tela y formo con las cadenas propias de este instrumento, hermosos ramos de flores que fue colocando a discreción a su huipil y enagua.
Ambos estilos son fundamentales para dar origen a las combinaciones más fantásticas y peculiares de cada artista, donde predominan los colores  rojo, amarillo y negro. El tiempo de elaboración es de tres a cuatros meses y el precio varia dependiendo de que tan tupido este el traje, independientemente de que el diseño sea sencillo o lleno

Cabe destacar lo admirable que es la elegancia con que las mujeres istmeñas portan este traje regional: con gallardía y mucho orgullo.

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